lunes, 2 de mayo de 2011

La prueba, la fotografía

Acaba de morir Osama Bin Laden. Esta noticia paralizó los programas de TV en Estados Unidos y enseguida se difundió en todas las emisoras del mundo. Eran las 11,30 cuando se comunicaba que el terrorista más buscado había sido abatido por un comando especial. La información fluyó de las agencias y todos los periódicos actualizaron la edición digital en apenas unos minutos. La pregunta de los profesionales y lectores era solo una: ¿Es cierto?
Las redes sociales, los correos electrónicos, los celulares o teléfonos móviles o fijos arden en las últimas horas. Los analistas se plantean cuál será la respuesta de los extremistas, las víctimas de los atentados creen que al fin se ha hecho justicia, los escépticos miran para otro lado…
La imagen de Bin Laden advirtiendo al mundo de que su dios es el único, y que ese dios le exige venganza para purificar las almas fue aterradora. Esa actitud arrogante de predicador, ignorante de que la verdad no es solo una, nos metió el terror en el cuerpo, porque entendimos que jamás escucharía a la otra parte, a quienes defendían otros pensamientos. No era a Bin Laden a quien temíamos sino a su imagen…
Ahora, cuando llega la noticia de su muerte, todos hemos pensado en la prueba, en el documento que testifique que en verdad ha caído. Una vez más la fotografía se convierte en protagonista, en la prueba única, y buscamos con ansia los píxeles que conformen el rostro del demonio… ya muerto.
Reuters


Imagen del montaje del presunto cadáver de Bin Laden ofrecida por la televión pakistaní/AP