sábado, 16 de julio de 2011

Siempre nos quedará París…. documentado por Atget


















El 12 de noviembre de 1920 Atget escribió a Paul Leon, director de Bellas Artes de la France: “Puedo decir que tengo en mi poder todo el viejo París”. Y lo tenía, porque durante un cuarto de siglo había captado los rincones y los había pasado de los negativos de vidrio al papel en formato 18x24 cm y con un cuidado exquisito.
Si alguien ha puesto en duda que la fotografía es documento que acuda a la exposición El viejo París del fotógrafo francés Eugène Atget. Documentar es una palabra bien pensada: dejar constancia de alguien o de algo. Ese es el resumen: constancia en el sentido de existencia. El algo es el espacio romántico que desde 1897 el fotógrafo fue metiendo en la cámara oscura al igual que hacía Judini con las palomas. Entre ese año y 1920, durante cinco lustros se dedicó a plasmar en detalles la arquitectura, las obras públicas, los transportes, los comercios, los tipos populares… Me gustan las fotos con personas, porque son sus ropas, sus gestos, sus actitudes los que me dicen lo que está ocurriendo.
No se si existía París antes de que Atget lo fotografiara, pero lo que nos ha dejado es demasiado como para no pensar que esa ciudad sería de otra manera sin las fotos de tono sepia (albúminas para los puristas).
Por favor, busquen la serie de los traperos y miren a los ojos a esas gentes que se ganaban la vida rebuscando entre la basura las telas ajadas o los sacos de esparto.
En 1926, un año antes de que Atget muriera, Man Ray le compró un álbum de originales que hoy se conservan en la George Eastman House de Rochester. También pueden verlas entre los 229 originales de esta espléndida muestra.

Eugène Atget. El viejo París
Fundación Maphre de Madrid
Fondos del Museo Carnavalet, George Eastman House de Rochester y Fundación Maphre

jueves, 7 de julio de 2011

Los retratos de Carlos Endara

JMSV













En el número 12 de la Carrera de Córdoba (Panamá) el pintor Carlos Endara (Ecuador, 1865-Panamá, 1954) abrió estudio de fotografía a finales del XIX. Durante medio siglo registró la vida social, cultural y política haciendo del estudio su modo de vida y dando fe de la existencia. La fotografía es evocadora per se, y se hace memoria cuando la contemplamos. Endara retrató a los presidentes de la República y a la clase alta, pero también al pueblo en su ambiente: mercados, comercios, escuelas, callejones… Cultivó el retrato con elegancia, sobre todo los grupos, donde cada personaje muestra su experiencia, su carácter, su principio y final. Resulta delicioso pasear ante las fotografías, colgadas de las paredes como si fueran los muros de cualquier casa.
Es esta una de esas muestras que probablemente pase desapercibida en el Festival PHotoEspaña, sin embargo tiene tanta fuerza que en cada de las imágenes se descubre un mundo; es decir, que lo particular se hace universal.
Si tienen un rato vayan a la Casa de América y busquen el retrato de Paulina Endara con sus juguetes y comprenderán lo que quiero decir. Esa fotografía fue iluminada por el fotógrafo, vestida con óleos para conseguir esa fuerza expresiva que nos lleva a la melancolía.

Un mundo feliz. Panamá en ojos de Carlos Endara
Casa de América

PHotoEspaña

domingo, 3 de julio de 2011

De la creación o la belleza (Arte fotográfico)


















Llega a mis manos el número 627 de la revista Arte Fotográfico, dedicado a la Fotografía Creativa.
Crear, decía un amigo que ya borré de la agenda porque cambió de dirección y se instaló en una tumba de la Almudena, es hablar con Dios. Era escritor, y de vez en cuando resumía en una sola frase (un verso) lo que mis ojos estaban contemplando. Utilizo la metáfora para explicar lo que contiene este libro (no es otra cosa este ejemplar de 62 páginas impreso de dulce), un conjunto de versos que componen un poemario en cuya portada se transfigura esa niña que Bogdan Zwir ha querido llamar “Red Cube”. Con esta composición surrealista, daliniana, comienza la lectura, que como en todo libro de versos, puede hacerse de adelante a atrás, de arriba abajo, de izquierda a derecha.
Los retratos de Marcos López impactan, te obligan a la pregunta, mientras los paisajes de Xurxo Gómez relajan, te llevan hacia lo sueños. Oriol Jalons se juega a las cartas la luz de sus invenciones y François Canard hace esculturas de la piedra. Vlad Artazov clava la realidad de la vida y Ray Massey hacia magia con las manos. Bogdan Zwir se recrea en la pintura y Francis Bacon descubre el continente de los libros. Quentin Lëns imagina la mentira y José Manuel Ballester traza la verdad de la geometría. Ernesto Arroyo cambia los significados y cierra la visión con “ocurrentes parodias”, como indica Antonio Cabello.
Crear es hablar con Dios, decía siempre el amigo muerto. En esta ocasión son 115 las conversaciones posibles. Pero antes de (re)posar la vista en las imágenes lean el texto de Luis Castelo sobre Fotografía Creativa, porque les pondrá en antecedentes y seguro que les hará ver las cosas de otra manera.
¡Pasen y vean!

Fotografía Creativa
Arte Fotográfico, nº 627
artefotografico@ceart.info