martes, 10 de enero de 2012

Grandes Reportajes en Arte Fotográfico



Miro la portada del número 630 de la revista Arte Fotográfico, dedicada por Antonio Cabello a la Fotografía de Grandes Reportajes, y el impacto me sacude las entrañas. El Inmigrante de Juan Medina representa un reloj de arena donde el tiempo de la mirada, arena negra en cristal rojo, se filtra entre los labios para ser polvo de hambre. Es también una bandera plegada que envuelve las tierras del tercer mundo, y es sobre todo una mariposa de alas densas que mimetiza en miedo el cuerpo de un hombre.
Este joven de ojos inyectados de sangre pertenece a la serie “Inmigración” de Juan Medina, tan dramática que duele muy adentro. Pero hay más, mucho más, un viaje por el mundo de norte a sur y de este a oeste que nos presenta culturas, formas de vida y también de muerte. En todas y cada una de las fotografías que se muestran están presentes las mujeres y los hombres, protagonistas del excepcional documento que ha montado Cabello.
Están las Tribus de Brent Stirton, con la guerra marcada en los rostros pintados, los “Diamantes” de Espen Rasmussen, resumen del sufrimiento; la “Cárcel” de Federico Gama, donde la soledad se mimetiza en naturalezas; “Sobrevivir”, de Fernando Moleres, una explotación del hombre por el hombre; “Excavaciones”, de Carlos Spottorno, ejemplo de documentación en las excavaciones arqueológicas; “Azúcar”, de Javier Teniente, o el precio de endulzar la vida; “Etiopía”, de Vicente Tofiño, el pueblo eternamente castigado; “En cualquier lugar”, de Christine Spengler, o el reflejo de la miseria; “Vietnam”, de Francisco González, otra forma de vivir; y “África”, de Maynard Switzer, de luz y colores enamorantes.
Se completa el número con un fragmento de la tesis doctoral del catedrático Eduardo Rodríguez Merchán “La realidad fragmentada. Una propuesta de estudio sobre la fotografía y la evolución de su uso informativo”. El broche lo ponen Antonio Cabello, con los apuntes sobre los autores, y Bárbara Mur con la sección sobre coleccionismo. Pasen y vean, porque una vez más se sorprenderán.    

jueves, 5 de enero de 2012

De los tesoros en las bibliotecas

Al poeta Unamuno en el 75 aniversario de su muerte

Los hay, se lo aseguro. En las bibliotecas hay tesoros a medida, como los trajes de los sastres. Esos lugares silenciosos, donde tomamos conciencia de que el ruido es perfectamente evitable, son como las grutas marinas, con cientos de especies raras y recovecos misteriosos donde piratas sin nombre (bibliotecarios) depositaron y depositan tesoros. Esta mañana he ido a mi gruta preferida y sin cruzar palabra con nadie he tomado el camino de las poesías. He metido la mano en el hueco de una roca y he encontrado un libro de Unamuno titulado Antología poética. Lo he hojeado primero y ojeado después, y me he detenido en la página 104 para mentalmente recorrer con la vista los tipos negros en el papel amarillento que ya cumple siete lustros:

Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las solas, las humanas creaciones,
el poso de la espuma
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

Se preguntaba Unamuno si sería lectura, y el poeta es, ha sido y será lectura. Su obra, su poesía, es un tesoro que por gracia de un pirata será descubierta una y mil veces por aventureros que crucen el umbral de las bibliotecas.


















Miguel de Unamuno. Antología poética
El libro de bolsillo. Alianza Editorial, 1977
Introducción y selección: José María Valverde

martes, 3 de enero de 2012

El Toisón de Oro en sus documentos










Fernando Checa y Joaquín Martínez-Correcher han reunido en la Fundación Carlos de Amberes el conjunto de documentos y obras de arte que componen la magnífica muestra La Orden del Toisón y sus soberanos (1430-2011): pintura, escultura códices, armas, armaduras… Arte que procede de prestigiosas instituciones de Austria, Holanda, Francia, etc. y de los principales museos del mundo, entre ellos el Prado y el Louvre.
El recorrido por la historia del Toisón nos lleva de la miniatura al óleo, pasando por el grabado, y presenta una selecta iconografía de Austrias y Borbones. En esta visita, donde contemplar el audiovisual ilustrativo resulta complicado por la afluencia de público, me detengo ante el retrato de Fernando VII de Vicente López (Fundación Lázaro Galdiano) y disfruto de la genialidad del pintor, que presenta a un rey pícaro, apoyado sobre una mesa y luciendo el enorme mantón rojo. Pero es solo un detalle menor, porque la muestra es todo un lujo.

La Orden del Toisón de Oro y sus soberanos (1430-2011)
Fundación Carlos de Amberes
Hasta el 26 de febrero de 2012