lunes, 7 de octubre de 2013

El desnudo fotográfico

 

















Es otoño y el editor y director de Arte Fotográfico elige para la portada del monográfico dedicado al desnudo la obra de los artistas portugueses DDiarte (Diamond Jesús y Zé Diogo), donde las hojas muertas dibujan el cuerpo de una mujer dormida. 
Si consideramos que una de las especialidades más difíciles de la fotografía es el desnudo, el tema es arriesgado. Son 14 los autores elegidos y su nacionalidad diversa: Portugal, Francia, Alemania, República Checa, Canadá, Georgia, Brasil, Venezuela y España.
La diversidad de conceptos y visiones es absoluta, de forma que la revista se convierte en un Fotolibro. Justifico el calificativo no solo por la calidad de los contenidos sino por el continente: papel de lujo, impecable impresión, barnices…   Corren tiempos difíciles y las revistas en papel desaparecen sin remedio. En los últimos años han muerto casi todas las españolas y Arte Fotográfico mantiene la llama encendida, con una presentación impecable.
Iré repasando los temas, aplicando conceptos, para finalizar con la relación de autores que Cabello ha seleccionado para esta entrega. El trabajo de Diamond Jesús y Diogo es la museología, Rouvre la provocación; Richard la sensualidad; el francés Valsecchi la geometría, Brito la voluptuosidad; Ezra la estética; Falcao la verdad; Kampert la danza; Montesinos el erotismo; el checo Rücker la mitología; LaSalle la sexualidad; Fullerton-Batten la realidad, y Rubendario la exitencia.
Ahora introduzcan estos términos en una de las botellas que emplea el venezolano Rubendario para sus composiciones y agítenla hasta conseguir la mezcla de cuerpos. El resultado no será otro que el mismo ejemplar de Arte Fotográfico porque el ejemplar constituye un todo. Y como suelo hacer, elijo la imagen que me impacta. Es del brasileño Alex Falcao y representa al hombre, simple y llanamente a un hombre desnudo que mira a la cámara mientras se pregunta o nos pregunta. Nada nos distrae, está sentado y sus ojos se clavan en los nuestros. Me identifico.
Se completa el número 634 con un artículo de Alejandra Val Cubero titulado “El desnudo femenino en el arte: de la pintura a la fotografía”, de recomendable lectura para aprender sobre la materia.
Háganse con un ejemplar y guárdenlo en el rincón de las cosas valiosas porque tengo la sensación de que estamos ante la “crónica de una muerte anunciada”. Algunos se preguntarán si tiene sentido hacer este tipo de revistas, y la respuesta es la misma que para el conjunto de productos de la industria cultural: “SÍ” (con mayúsculas). Un ruego a las autoridades competentes: ¡No abandonen a quien se entrega a la causa! La necesidad de justificar que Arte Fotográfico y revistas similares se sigan publicando evidencia la situación de peligro.

viernes, 16 de agosto de 2013

Rafael Sanz Lobato (Fotografías 1960-2008)

Pasión por documentar en el más amplio sentido. Documentar y alimentar el espíritu, esas fueron -son- las intenciones de Sanz Lobato. En el audiovisual de López Linares y López Mondéjar lo manifiesta claramente. Su obra, expuesta en la Academia de Bellas Artes de Madrid, es conmovedora en varios sentidos. Primero porque muestra la creación de un autor entregado a su pasión, después por los contenidos de las imágenes.
La espontaneidad, la verdad con que lo cuenta, son dos de sus grandezas. Destacaré la composición, ya demostrada en la obra documental antes que en los retratos o en los bodegones. Me quedo con la foto del campo de fútbol de Carabaña, con ese escenario invernal de los sesenta donde en el descanso se rifaban muñecos de plásticos y cajetillas de tabaco o cigarrillos sueltos. Era aquella España la de los miedos de la religión y la de las miserias.
San Lobato (Sevilla, 1932) ha sido premiado con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2004 y el Nacional de Fotografía del Ministerio de Cultura (2011).

jueves, 1 de agosto de 2013

Publicación del libro Documentación fotográfica

La Universidad Oberta acaba de publicar nuevos títulos en su colección El Profesional de la información.
Lecturas para elegir en verano sobre:

15. El film researcher, por Iris López de Solís
16. Preservación digital, por Miguel Térmens
17. Gestión de contenidos, por Ricardo Eíto Brun
18. Documentación fotográfica, por Juan Miguel Sánchez Vigil y Antonia Salvador Benítez


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La invención de la fotografía revolucionó la sociedad. De la idealización se pasó a la realidad y el impacto social fue extraordinario. La verdad se hizo palpable a través de la imagen y comenzaron a generarse millones de documentos para dejar constancia de los hechos.
Desde que el adjetivo digital acompaña al término fotografía, se hace necesaria una redefinición: ¿Soportes? ¿Contenido? ¿Emulsión? ¿Fichero? Digamos que es –siempre lo ha sido- un documento, un mensaje sobre un soporte. Susan Sontag le denominó “artefacto” (hecho con arte), eligiendo un sinónimo sonoro e impecable.
Esos cientos de millones de artefactos que se conservan en empresas, archivos, bibliotecas, museos y centros de documentación, y que se difunden cada segundo a través de las redes sociales son susceptibles de ser gestionados para su rentabilidad cultural y económica, y éste es el reto de los documentalistas gráficos.
Las claves (casi todas) en las páginas de este libro. Pasen y vean.

domingo, 23 de junio de 2013

Capicúa (222). Sexta entrega de af.es


 
 















Capicúa. La sexta entrega de af.es es capicúa en cuanto al número de páginas (222), y es también viceversa en cuanto que todas y cada una de las aportaciones podrían alterar el orden de publicación para figurar en primer lugar. Una vez más Antonio Cabello asume el riesgo y genera más páginas, más información, más “Fotografía”. Me comentaba el director de la publicación en una conversación de urgencia que todavía recorre los despachos de entidades públicas explicando los valores de la fotografía… (En esta batalla lleva muchos años y seguramente morirá -con perdón- con las botas puestas).
Optamos en esta ocasión por incluir el índice de contenidos que figura mas abajo, y no por ello dejaremos de significar algunas cuestiones, por ejemplo la recuperación de la clásica Arte Fotográfico del encuentro entre Oriol Maspons y Robert Doisneau en París hace ya muchos años, o las confidencias de Ramón Masats, uno de los mitos de la foto española que comenta no ser consciente de “que estaba retratando una época” y de estar preparando una recopilación de sus “ironías a través de la imagen”.
En “Mirar para ver”, Cabello nos enseña a leer las fotografías desde una imagen de Walter Astrada; y Alberto Cabello se adentra en los derechos de autor, un tema controvertido y sobre el que conviene estar atentos. Atención también al texto de Lerena sobre la foto de acción, donde nos advierte sobre las tarjetas, otro de los asuntos de importancia y que deben pasar del segundo a primer plano, así como sus “fotos imposibles”, sobre las que guardo el secreto porque merece la pena descubrirlo.
De los álbumes de moda nos habla (es una metáfora) José Luis Guardía, y la parte histórica es para la Agrupació Fotogràfica d´Igualada, en activo desde 1930 y por tanto con mucho que contar sobre su trayectoria. Hay más, como verán en el índice que añado, incluso recomendaciones para fotos de verano.
Los portafolios son diversos y de impacto, con visiones para todos los gustos.  Déjenme que les recomiende la visión de Chernobyl por Aitor Ruiz de Angulo. Sé que quien abra la revista en la pantalla del ordenador encontrará otras muchas joyas, pero es que esa fotografía de los coches eléctricos (coches de choque, decíamos en mi barrio cuando yo era chaval) define el tiempo con carácter universal, incluyendo todas las infancias: la tuya, la suya, la mía.
…Y es que la fotografía no es otra cosa que “la experiencia vital de los pronombres” (no se lo tomen en serio, es solo una digresión en el discurso por culpa de los calores).  
Portafolios
Berta Vicente
Aitor Ruiz Angulo
Guillermo Perea Piñeiro
Araceli Adeva
Toni Lozano
López Moral
Santos Román
Rebeca Saray
 
Entrevista
Ramón Masats

Ensayos
Tal como fuimos (Robert Doisneau)
Mirar para ver (Antonio Cabello)
Luz Natural (Rafael Rojas)
Normas y leyes (Alberto Cabello)
Foto Profesional (Víctor Lerena)
Fotoglosario (Javier Galue)
SmartPhoto (Antonio Cabello)
PhotoPills (Rafael Pons)
Cara y cruz (Daniel Caballo)
Fotos Imposibles (Víctor Lerena)
Gran Angular (José Luis Guardia)
Documentación (Juan Miguel Sánchez Vigil)
Fotografía Aplicada (Antonio Cabello)
Punto de Vista (Diego Caballo)
Procedimientos (Cándido Fullaondo)

Agrupaciones
Agrupación Fotográfica de Igualada

 

martes, 2 de abril de 2013

En el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil


Juan Miguel Sánchez Vigil

Estoy a tiempo, faltan aún dos horas para que el cierre del día caiga con su ensordecedor ruido y comience la cuenta atrás. Faltan solo faltan 364 días para conmemorar el evento que esta mañana anunciaban los informadores de la radio después de que el sacerdote xyz nos alimentara el espíritu con el sermón de la “Alborada”.

Hoy, casi ayer, es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Y a mi, que he escrito para los niños, se me ha ido el santo al cielo. Hago ahora acto de contrición y me disculpo viendo como las letras negras van ocupando el espacio vacío de la pantalla del ordenador, y sintiéndome culpable por no haber recordado que hoy era el gran día.

En estos casi sesenta años de vida lo único que de verdad me ha hecho sentirme feliz son mis cuentos, porque los escribí solo, encerrado en mi mismo, creyéndome que yo era el rey, el príncipe y el mendigo, el tonto y el listo, el monstruo, el capitán y el villano. He sido tan libre con la escritura que he tocado las nubes con los dedos, he vivido bajo el agua y he llenado mi habitación de chocolate. Por eso hoy me he sentido culpable, porque he sido tan estúpido que se me ha olvidado dar las gracias a aquel maestro llamado Don Emilio que una vez me dijo en el colegio: “escribe historias para los niños, porque su mente está abierta y no cuestionan las cosas como los adultos”.

Acaricio ahora uno de mis libros y recuerdo el día en que abrí un paquete y por primera vez tuve impresa en mis manos una de mis historias inventadas. Pongamos por caso que fue un 2 de abril y que mi a padre, todavía en este mundo, le brillaron los ojos y apretó los dientes para que yo no le viera llorar.

martes, 19 de febrero de 2013

El retrato fotográfico

(Arte fotográfico, nº 633)

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Palabras mayores. En fotografía hablar de retrato es utilizar palabras mayores. Coinciden los entendidos que es uno de los géneros más difíciles, pero también de los más agradecidos. Nada hace sentirse más artista al fotógrafo que escuchar en boca del modelo que le ha gustado su retrato; es decir, que se identifica con el “yo” que aparece al otro lado del espejo.

La palabra retrato fue sinónimo de fotografía durante el siglo xix y buena parte del xx, y el “retratista” fue el hacedor del milagro. La primera misión de los retratistas de galería (en el resto de Europa se utilizó la palabra taller para los estudios, más acorde con las tareas fotográficas) fue reproducir los rostros con el mayor parecido posible a la visión que el personaje tenía de sí mismo.

La creatividad surgió cuando se transgredió la norma, y todos y cada uno de los retratos que Antonio Cabello presenta en el número 633 de la revista Arte Fotográfico cruzan el círculo de tiza (contemplen la portada que ilustra esta nota, obra de Cristina Otero). Antes de repasar las páginas de la revista hubiera escrito que los ojos son parte fundamental en el retrato, pero después de (re)mirar las fotos de Lionel Arnaudie lo pongo en duda. De lo que no tengo duda es que el retrato invita a la reflexión, incluso a inventarnos historias sobre los tipos representados.

En este número, que mantiene el nivel de los anteriores, cosa harto difícil y por tanto loable, se presentan obras de Pierre Gonnord, Cristina Otero, Eric Lafforgue, Dmitry Ageev, Lionel Arnaudie, Dan Winters, Bill Gekas, Lee Jeffries, Thomas Canet, Tom Hoops y Miguel Oriola.

Para los amantes de la estadística les diré que son 113 retratos en color y blanco y negro o viceversa, todos ellos con algo nuestro, con esa sensación de que formamos parte del juego. Me quedo con una foto de Jeffries (me quedaría con todas), que viene a definir parte de la condición humana (pag. 34), una imagen premeditada como indica el autor: “Me esfuerzo por conocer a cada uno de los sujetos antes de pedir su permiso para hacer su retrato”. En ese retrato veo todos los pronombres: yo, tu, él…

 Cierra la publicación el director de la misma, Antonio Cabello, quien advierte en sus “Apuntes”: “Corren malos tiempos, malos, muy malos”, y se pregunta: ¿A quién le importa la cultura? Buena pregunta y sugerente… Lo dejamos aquí para invitarles además a  leer las páginas de Miguel Ángel Azpezteguía Bravo tituladas “El retrato y su historia”, reflexión sobre la relación entre el hombre y la imagen.

Pasen y lean