miércoles, 19 de agosto de 2009

Trastorno bipolar o el sufrimiento de la mujer en Irán y otros lugares de este mundo que es la tierra

Debe ser eso, debe ser que padezco algún trastorno bipolar o tripular, porque cada vez que salgo a la calle me cambia el carácter. La verdad es que no me pasa solo cuando salgo a la calle sino cuando dedico diez minutos a seguir los telediarios. Disculpen la ironía, pero estaba comiendo y han dado la noticia de las elecciones en Irán, comentando que el individuo que ahora ejerce la presidencia ha aprobado el que las mujeres no salgan a la calle sin permiso del marido…
Enseguida me he dado cuenta de que nuestros soldados estaban allí para garantizar unas elecciones libres… ¿libres? ¿Nuestros soldados garantizando que semejante ley se lleve a cabo en ese país? Me imagino lo que estarán pensando las damas legionarias allí destinadas, y por supuesto los caballeros legionarios dispuestos a dar la vida por defender la de sus compañeras.
Pero el trastorno bipolar, no el mío sino el de muchos de los responsables de que la vida siga por derroteros normales (¿Qué es lo normal?) es ya demencia, en algunos casos senil.
Cada uno de nosotros somos el centro del mundo, nuestra vida es la única (es obvio), pero resulta que cuando el infarto nos fulmina o nos atropellan en cualquier calle nos convertimos en una miga del Universo bajo cualquier apisonadora de las que invaden los madriles (este tema ni tocarlo que entonces si que me trastorno).
Entre bocado y bocado miro la televisión y veo a una mujer (mejor dicho su fantasma) embuchada en una sábana con rejilla declarando que gracias a esas medidas el mundo se salvará… o algo así…
Lo han conseguido, nos han trastornado.
Esto es como cuando hago repaso desde los años setenta y me digo: cuando tenía 14 años trabajaba de ocho a tres y por la tarde jugaba al futbolín; en los ochenta seguía trabajando las mismas horas, estudiaba en la Facultad y los fines de semana me reunía con los amigos para jugar al fútbol. Entonces nos hablaban de los avances del futuro y llegó el siglo XXI… No sigo porque el cuento ya se lo saben.
Mañana se vota en Irán para elegir a un individuo que pretende tratar a las mujeres como a perros… ¡La madre que me parió! (Era la exclamación de mi padre cuando se sentía impotente).
Estoy con el postre y ahora dan la noticia de que en Alemania hay un concurso para ver quien salpica mas al tirarse desde un trampolín a 35 metros de altura. ¿Cómo no voy a tener trastorno bipolar?

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